Kadiatu vino a nuestro hospital gracias al programa Cuidam para ser tratada de su dolencia cardíaca. Era una chica despierta, risueña, que llamaba la atención por su amplia sonrisa y su extremada delgadez. Sus movimientos eran algo lentos ya que se fatigaba con facilidad pero tenía muchas ganas de vivir.
No pudo ser y nos dejó, aunque ella lo intentó. Luchó como una jabata contra todas las adversidades. La intervención era de alto riesgo dada las secuelas que su dolencia le había infligido en su cuerpo.
Pero ¿quién era Kadiatu? Era una chica de 15 años de Sierra Leona. Vivía con sus tíos en Lunsar. Estudiaba en el colegio de las Hermanas Clarisas y su ilusión era terminar los estudios para ser profesora de su colegio. Hablando con Hawanatu, su tutora aquí en Barcelona, nos explica que era una buena estudiante, entusiasta tanto en los talleres de la escuela haciendo pequeñas cosas de coser y bordar como en las visitas del colegio a diferentes programas de cultivos y pequeñas granjas de la zona para ver cómo iban creciendo. Cooperaba bastante en su casa en los trabajos domésticos cuando no iba a la escuela.
Para nosotros Kadiatu fué esta amplia sonrisa que tanto nos ha impresionado a pesar de sus dificultades de salud. Era una buena espectadora de los juegos de de Aruna y Mariama aunque ella no podía participar de los mismos. Su mirada era siempre agradecida a pesar de lo poco que pudimos darle, ya que fue intervenida al poco tiempo de llegar al Hospital.
Queremos expresar aquí, desde el equipo del hermanamiento, nuestra gratitud a todos los profesionales que la han atendido, desde los cirujanos a las enfermeras de la UCI, por el cariño con el que la han tratado. A pesar de las dificultades culturales y de la lengua, los profesionales de nuestro hospital hacen que los niños de Sierra Leona así como todos los del Cuidam en general no se sientan nunca extraños.
Gracias a todos y a ti Kadiatu por tu sonrisa.