El 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, una jornada dedicada a denunciar el empleo de menores en guerras y trabajos precarios -incluida la prostitución-, así como situaciones relacionadas como el hambre y los malos tratos.
En nuestra sociedad de bienestar, a pesar de los recortes y las dificultades económicas, los niños ocupan un puesto de especial interés y protección social. Cualquier situación que lesione unos de sus derechos nos conmociona sobre todo aquellos que afectan más a su vulnerabilidad como puede ser la alimentación, la violencia y los abusos sexuales.
Desgraciadamente hoy en nuestro mundo y más en los países en vías de desarrollo hay millones de niños y niñas víctimas de situaciones donde, por la pobreza de la mayoría de la población y la codicia de unos pocos, se lesionan sus derechos entre jornadas laborares de interminables horas, esfuerzos físicos, tratos vejatorios y responsabilidades ajenas no adecuadas para su edad. Tenemos que reconocer que existe hoy una esclavitud infantil a la que queremos denunciar, y cualquier esfuerzo en esta materia para erradicarla tiene que ser nuestro principal objetivo si no queremos caer en la tentación de mirar a otro lado pensando que no es asunto nuestro.
La esclavitud infantil provoca que muchos niños dejen de ser niños bastante antes de lo previsto, lo que, la mayoría de veces, supone una condena que lleva consigo situaciones de extrema pobreza, marginación social, imposibilidad de acceder a la educación… siendo el grupo más vulnerable y desprotegido de cuantos integran el mercado laboral en un sistema en el que los intereses económicos tienen la mala costumbre de anteponerse a los valores éticos.
¿Sabías que…?
Se estima que hay 400 millones de niños esclavos (menores de 14 años) en todo el mundo, muchos de ellos trabajando en la elaboración de productos que se comercializan en Europa y el resto de Occidente.
Fuente: www.donalia.com